El microchip y la placa de identificación son elementos imprescindibles para proteger a nuestra mascota, sea cachorro o adulto.
Es obligatorio en todas las comunidades autónomas.
La colocación del microchip no provoca dolor, es del tamaño de un grano de arroz y se sitúa en el lado izquierdo del cuello, bajo la piel.
Se puede poner a partir del mes y medio o 2 meses de edad y es aconsejable que el cachorro lo lleve antes de los 3 meses desde su nacimiento.
¿Para qué sirve el microchip?
- Para demostrar ante la ley quién es el propietario del animal.
- Para que, si se pierde la mascota, tanto veterinarios como autoridades puedan acceder a sus datos y encuentren fácilmente al propietario.