Si de repente descubres a tu perro comportándose de un modo, un tanto extraño: el animal se frota las orejas contra otros objetos, sacude la cabeza o se muestra desorientado, éstos pueden ser signos de problemas en los oídos.
Para evitar que esto suceda o coger el problema a tiempo, basta con tener ciertas precauciones con nuestra mascota.
Cuando observes a tu perro, lo acaricies o juegues con el aprovecha para echarle un vistazo a sus orejas (se recomienda utilizar la vista y el olfato). Comprueba que no haya enrojecimiento, exceso de cera u objetos extraños.
Te parecerá extraño, pero recomendamos oler las orejas del perro. Si todo está correcto, no debes preocuparte por olores extraños. Pero si notas un olor raro, esto puede ser debido a: una infección bacteriana o una alergia. La primera opción que te proponemos es lavar con agua templada las orejas de tu perro o también, aplicar aceites minerales para limpiar, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) o una combinación de partes iguales de vinagre y alcohol para masajes (si hay heridas, esta última opción no es recomendable porque le escocerá).
Si no te ves con corazón de hacerle este tipo de revisiones, a tu perro, ponte en contacto con nosotros y nos encargaremos de ello.
Como en los humanos, hay animales que son más propensos a coger infecciones. Si tu perro es de este tipo de mascotas te interesará saber que el calor, la humedad y un entorno oscuro, así como una deficiente circulación de aire, pueden hacer que el canal auditivo de tu perro sea terreno para ácaros, hongos o infecciones bacterianas.
Para las infecciones auditivas, recomendamos el uso de productos especialmente formulados para limpiar y secar el exceso de humedad en las orejas. Los productos con aceite de árbol de té son excelentes y hay otros productos que combaten los ácaros y las garrapatas.
Para ciertas razas de perro: con orejas colgantes, como los spaniels y los bloodhounds, la revisación es más importante porqué son propensos a las infecciones auditivas, por la pobre circulación de aire que entra en sus orejas. Y las razas más peludas, como el Lhasa, que tienen mucho pelo creciendo dentro de las orejas, necesitan un recorte rutinario para prevenir problemas crónicos. Esta rutina se puede realizar en casa sin problemas, y no es difícil. ¿Cómo? Aplicando polvo para oídos en el interior de ambas orejas (asegúrese de cubrir bien el pelo, especialmente en la base). Cuando el polvo esté seco, depile a su perro, arrancando poco a poco, recuerde como le molesta a usted y comprenderá, lo poco que le puede gustar a su mascota.
Cuando haya acabado de quitarle los pelos sobrantes, le recomendamos que premie a su perro con algo que le guste. Y como siempre si no se ve con fuerzas, nos trae el perro a la consulta.
Por último, te vamos a describir brevemente como es el canal auditivo de tu perro por si te decides a hacer las revisiones auditivas en casa. El canal auditivo del perro tiene forma de “L”, desciende verticalmente y da una vuelta horizontal a 90º antes de alcanzar el tímpano. Éste está mejor protegido que el de los humanos, pero igual que en las personas deberemos proceder con el máximo cuidado cuando limpiemos el canal.
Probablemente, la sola lectura del artículo te ha provocado sobresalto, pero no temas, puedes hacerlo. Si te acostumbras y tomas las revisiones de las orejas de tu perro como rutina, el te lo agradecerá. Y por encima de todo seamos realistas, si crees que estas ante un problema que no puedes controlar, tráenos a tu perro. Ya que, una infección no tratada o mal curada se traduce en consecuencias dolorosas y daños permanentes.